Ahora bien, si tu médico ya te permitió hacer ejercicio, las ventajas que podrías obtener son reducir los dolores de espalda; combatir el estreñimiento, la hinchazón; influirá en tu estado de ánimo, en tus niveles de energía; te ayudará a conciliar el sueño y claro, a evitar un aumento excesivo de peso.
Por otro lado, también te puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes gestacional, así como tener una labor de parto más breve y la probabilidad de una cesárea.
Siempre presta atención a lo que tu cuerpo de indica, si bien obtienes la aprobación de tu médico para ejercitarte, ten en cuenta que tu cuerpo está pasando por cambios inmensos y muy importantes, si percibes alguna señal, por muy pequeña que pueda parecer, no esperes y acude de inmediato con un especialista.